8 enero 2024

IA para luchar contra el coronavirus y mejorar nuestras ciudades

2020 nos dio la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la salud y de las políticas sanitarias destinadas a garantizar una vida sana, promoviendo el bienestar de todos a todas las edades. Como informó la redacción de i404 hace unos días, la propia Agenda 2030 con el Objetivo 3 (Garantizar la salud y el bienestar para todos y todas las edades) promueve la prevención para mejorar la calidad de vida de todos aprovechando también la tecnología de la que disponemos y que puede convertirse en nuestra gran aliada.

¿Cómo viene a rescatarnos la inteligencia artificial?

El periódico cita en particular el caso de Blimp, una empresa del grupo e-Novia que, cuando estalló la emergencia, decidió poner su tecnología a disposición de empresas y comercios para ayudarles a recuperarse más rápidamente.Fundada en 2017, Blimp ha desarrollado un sensor de inteligencia artificial para medir el flujo de personas y detectar su distribución por sexo y edad, por ejemplo. Tras las restricciones de marzo de 2020, la empresa, que ya trabajaba con una serie de realidades desafiadas por la normativa de seguridad promulgada (como comercios minoristas y centros comerciales), decidió aprovechar el proyecto para apoyar la recuperación, empezando por la fase 2, que se inició entre abril y mayo. La inteligencia artificial ha sido entrenada para reconocer situaciones de riesgo infeccioso: concentraciones y falta de uso de equipos de protección individual. Los sensores de Blimp son ahora capaces de detectar la distancia entre las personas y si llevan o no una máscara. Cuando se registra una situación peligrosa, se envía una alerta, que puede ser una advertencia sonora, una voz automática que recuerda respetar las normas.

Esta característica, denominada Beat-19, se aprovechaba principalmente en plantas de fabricación y oficinas, para ayudar a reabrir fábricas y empresas de forma segura. Los sensores se instalaron en las zonas de restauración, donde es más fácil bajar la guardia. Pero también en el comercio minorista, para señalar la presencia del número máximo de personas que puede albergar un local cerrado en función de la superficie disponible.

Además, cada vez hay más interés en el proyecto por parte de las administraciones municipales, que desean recibir información importante sobre los flujos de peatones, vehículos, bicicletas y el porcentaje de uso de máscaras. El sistema es muy útil para el seguimiento analítico y científico de las medidas de seguridad adoptadas, por ejemplo, durante eventos con mucha gente.

Información sobre privacidad

La privacidad es crucial para Blimp. De hecho, la información es captada por una cámara situada en el interior del sensor. La imagen se procesa dentro de la propia herramienta, de forma estrictamente anónima, agregada y respetando totalmente la privacidad, e inmediatamente se destruye, sin dejar rastro. El usuario es informado en cada lugar instalado mediante la presencia de un aviso en forma simplificada que da información sobre el sistema utilizado, y un código QR que enlaza con el aviso en forma ampliada, para leer en detalle sobre el tratamiento de datos.

La salud también es crear ciudades sostenibles

Y no sólo eso, la tecnología de Blimp está al servicio de nuestro mañana para encontrar soluciones de vanguardia que garanticen una mejor calidad de vida y hagan las ciudades más habitables. En esta dirección, además del Objetivo 3 de la Agenda 2030, el proyecto Blimp también abarca el Objetivo 9 (innovación) y el Objetivo 11 (comunidades sostenibles). Y en este sentido, colabora activamente con el Ayuntamiento de Milán para supervisar los avances de la administración municipal hacia el giro verde necesario en todo centro urbano. La ciudad lombarda alberga sensores que pueden proporcionar información útil no sólo sobre los efectos de los decretos y restricciones emitidos para Covid, sino también sobre la gestión de la seguridad o la supervisión de la movilidad. También a la luz de los nuevos carriles bici que han surgido en la capital para promover desplazamientos más sostenibles y, en consecuencia, mejorar la calidad del aire que los milaneses respiran cada día.

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